Entrevista a Juan Francisco Casas

Por Andrea Letiret

Pocos artistas han sabido plasmar como Juan Francisco Casas los matices, las profundidades y los recovecos de la mujer de hoy en día y construir un universo tan sólido a partir de esa premisa.Con motivo de su última exposición en Madrid, Juan Francisco Casas ha compartido con micro-Revista un buen número de lúcidas e interesantes reflexiones.

¿Crees que se puede amar a dos mujeres a la vez y no estar loco?

Por supuesto, pero en cualquier caso no veo ningún problema en estar loco por eso.

Siempre me ha parecido que tu obra transmite una gran admiración hacia la mujer.

Completamente. Siempre he estado rodeado de mujeres, desde mi infancia, en el pueblo, hasta el día de hoy, y no de cualquier mujer, sino de mujeres fuertes y con carácter. Obviamente de eso nace mi obra y de una necesidad de trascender el tópico de la feminidad representando una mujer fuerte que hace lo que quiere.

Las mujeres de tus cuadros aparte de ser bellísimas son mujeres poderosas. ¿Qué sientes cuando se rinden ante tu cámara, ante tu mirada?

No creo que se rindan en absoluto, como mucho soy yo el rendido, es un ejercicio de generosidad por su parte. Ellas hacen lo que quieren, son representadas como quieren. Ante todo son mis amigas y mujeres que me rodean en mi vida. Por supuesto la belleza me fascina, en cierto modo como decía Philip Roth: “Soy muy vulnerable a la belleza femenina. Cada uno está indefenso contra algo, y yo lo estoy en ese aspecto”. Para mi es todo un privilegio contar con ellas que han pasado y forman parte de mi vida, todas fascinantes, empresarias, cantantes, profesoras de universidad, artistas, una Miss Bosnia y hasta una representante en la ONU… En fin, supongo que como decía Baudelaire sobre Delacroix: “Miraba a la mujer como objeto de arte, deleitable y creado para excitar la mente, pero también ingobernable y perturbador si le permitimos cruzar el umbral de nuestro corazón y devorar nuestro tiempo y nuestras fuerzas”. Quizá podría ser un (matizable y decimonónico) resumen.

¿Es verdad que no diriges a tus modelos, que dejas que el momento y la pose surjan solos?

Sí, al ser personas con las que tengo unos estrechos lazos hace falta pocas instrucciones, la comunicación es estrecha, ellas hacen lo que quieren y generalmente coincide con lo que yo busco, que en realidad es que ellas se expresen y en general no hay actuación, sino acción y realidad, lo que se fotografía es lo que pasa.

De alguna manera tu obra es un diario de tu vida ¿Fue algo intencionado desde el principio o de pronto lo descubriste un día que miraste hacia atrás? ¿Es parte del hecho artístico?

Así es, aunque originariamente fuera en cierto modo intencionado, empecé a pintar lo que me pasaba y me rodeaba, siempre a través del retrato y poco a poco al final es un diario de mi vida, en ocasiones íntimo, de los momentos que uno siempre quiere recordar. Ahora es la principal característica discursiva de mi obra.

¿Qué cualidades crees que tiene la mujer que el hombre difícilmente puede llegar a tener?

Personalmente muchas, pero yo soy limitado, supongo que depende del hombre y depende de la mujer.

¿Y viceversa? Cualidades del hombre que para la mujer sea difícil tener.

Dado las mujeres que he conocido, absolutamente ninguna.

Siendo el mismo universo estético, tus cuadros al óleo transmiten menos tensión erótica que los dibujos a bolígrafo ¿A qué crees que se debe?

Los cuadros en su mayoría son más grandes y por ello la relación con la ejecución de la obra es menos íntima; el dibujo siempre me ha parecido mucho más delicado y sensual, casi como acariciar, pero en general la obra de gran formato es menos sensual o erótica que la de gran formato, independientemente de la técnica. También muchos de ellos son anteriores a los dibujos de bolígrafo, pero nunca se sabe, quizá eso cambie pronto y veamos pronto grandes cuadros más voluptuosos.

¿Te consideras más dibujante o pintor?

El dibujo vino primero y de manera natural, aunque profesionalmente no lo descubrí hasta llevar muchos años trabajando como pintor. De hecho la mayoría de mis reconocimientos (Premio ABC, beca de la Real Academia de España en Roma, INJUVE, etc.) y obras en museos y colecciones importantes (Museo ARTIUM, Museo ABC, etc.) los obtuve con pinturas. Hasta 2007 prácticamente toda mi carrera, exposiciones y demás era pintura (e iba muy bien) y no fue hasta 2008 cuando el dibujo cobró más importancia hasta el punto que muchísima gente no conoce nada de mi obra pictórica.

¿En cual de las dos disciplinas te sientes más cómodo y por qué?

El dibujo me sale casi sin esfuerzo y sin pensar, de manera natural. La pintura es algo más reflexiva y más lenta, al menos para mí. Quizá por eso me gusta pasar de una a otra. Desde luego ambas me son imprescindibles.

¿Qué hecho diferencial te aporta cada una?

El ejercicio de la pintura es algo más físico y en cierto modo agotador, mientras que el dibujo, especialmente el pequeño formato, suelo ir más al detalle, controlar todo más. En mi caso se complementan perfectamente.

¿Es verdad que no aceptas encargos de retratos?

No, porque para mí mi obra es algo puramente biográfico y un encargo estaría fuera de ese discurso. Sin embargo he conocido chicas porque querían que las pintara y al cabo de los años nos hemos hecho amigos y han acabado en mis dibujos.

¿Cómo es el proceso técnico de tus cuadros con bolígrafo? ¿Cuáles son los pasos desde la imagen original a la obra acabada?

Creo que lo más importante es la imagen inicial, tiene que funcionar en sí, como fotografía. Posteriormente el proceso del dibujo en realidad no tiene nada especial que no tengan otras técnicas: paciencia y algo de habilidad.

Me apasiona la selección de frases y momentos cinematográficos que haces en tu página. ¿Qué peso ha tenido el cine en tu obra?

Mucho, siempre me ha interesado el cine como expresión artística, pero en las frases que extraigo para mi página en cierto modo intento trascender eso al desvincularlo del contexto narrativo que es la película en su conjunto; simplemente una imagen y una frase para contar, a veces, algo totalmente distinto a la película, es casi como otra historia, otra obra. En realidad me parece casi como el punto intermedio entre el arte cinematográfico, eminentemente narrativo, y mi obra, puramente plástica.

¿Cuáles son las referencias cinematográficas que más te han marcado?

Bastantes, amplias y variadas: Lèolo, Annie Hall, Underground, Freaks, Ratatouille, Life of Brian, Totoro, The Meaning of Life, Otto e mezzo, La Dolce Vita, The Rocky Horror Picture Show, Taxi Driver, Le mari de la coiffeuse, Donnie Darko… y Kusturica, Kubrick, Luis Buñuel, Jess Franco, Miyazagui, Kin Ki Duk, Wong Kar Wai, Charlie Kauffman, Kieslowski, Terry Gillian, John Cassavetes, Takeshi Kitano, David Cronenberg…

¿Y literarias?

Como soy un señor muy decimonónico, la literatura del XIX me encanta, en especial todos los rusos. Pero también muchas otras, no paro: Philip Roth, Kurt Vonnegut, Scott Fitzgerald, Boris Vian, Cèline, Henry Miller, Conrad, Nabokov, Robert Musil, José Ángel Valente, Kavafis, Joan Brossa, Leopoldo María Panero, Pavese, Bret Easton Ellis, Charles Bukowski… Y es cierto, tanto la literatura como el cine son mis dos grandes fuentes de inspiración, aparte de mi vida, obviamente. 

¿Cómo es el camino de la poesía a la pintura?

Yo creo que en cierto modo son complementarios y hasta especulares, es como si mis haikus fueran como los dibujos más pequeños y lúbricos y las pinturas de gran formato fueran los poemas más extensos.

¿Has seguido escribiendo poemas?

Lo tengo un poco olvidado después de los dos libros, pero debo retomarlo en cuanto tenga algo de tiempo entre dibujo y pintura y me están animando a ello. Últimamente ando pensando en juntarlo todo en alguna edición.

(A)UTOPIC se exhibe en la Galería Fernando Pradilla / Claudio Coello 20 / Madrid