Librerías

Por Recaredo Veredas

Librerías. Jorge Carrión. Editorial Anagrama. Barcelona, 2013. 19,90 €. 344 páginas.

En Librerías, merecido finalista del premio Anagrama de ensayo, Jorge Carrión demuestra su capacidad para utilizar registros muy diferentes. Así ocurre porque este ensayo es rotundamente clásico, alejado de la postmodernidad que, hasta la fecha, ha sido marca de la casa. Librerías enriquece a cualquier lector culto porque rinde tributo a aquello sin cuya existencia la lectura y ese corpus de lecturas denominado biblioteca no serían posibles. Homenajea a un microcosmos en posible extinción, o al menos transformación radical, cuyo destino –afortunadamente, las pitonisas suelen equivocarse- no se vaticina en este libro, aunque sí se aporten claves para intuir su incierto futuro.

Carrión se perfila como un viajero de corte sebaldiano, con el mismo sentido de la itinerancia y el vagabundeo que el maestro alemán, reflejado en una prosa menos lírica, cuyo objetivo es la información más que la belleza, pero muy precisa. Coincide con Sebald en la radical subjetividad del viaje, que alcanza momentos de alta emocion y olvida la contención ensayística cuando, por ejemplo, narra la vinculacion de su familia con las letras, con los lugares mas modestos del negocio del libro. Diferencia con nitidez la libreria de la biblioteca. La primera se desprende de sus tesoros, incluso hace de ese desprendimiento su razón de ser. La segunda los acapara.

No puede obviarse su caracter de excelente libro de viajes, que muestra al lector los mejores lugares del mundo donde puede comprar libros y disfrutar de su mitomanía o del encanto de aquello que, como bien explica con el ejemplo de un jarrón chino, es único aunque tenga miles de copias. Su mirada recorre todo el planeta desde Sidney a Berlín pasando por la mítica y perdida Tánger.

También incluye una historia de la literatura irremediablemente parcial, mostrada a través de las librerías donde acudían gran parte de los autores mas celebres del siglo xx, como City Lights de San Francisco, meca de la generación beat, o Shakespeare and Company, de París, albergue y nido de la generación perdida o de James Joyce. No falta la faceta política, concretada en lugares aplastados por la guerra o la dictadura, tan proclives a la censura o la quema de libros. Tampoco olvida los tiempos modernos, en los que testifica la mutación de las librerías en parte más de la civilización del espectáculo, donde el merchandising y el emplazamiento resultan de suma trascendencia. Resumiendo: un libro enriquecedor, que modifica la mirada del lector cuando ejercita un acto tan cotidiano (aunque esta cotidianeidad habite en el mundo del deber ser) como adentrarse en una librería.