Warning: Constants may only evaluate to scalar values in /furanet/sites/microrevista.com/web/htdocs/wp-content/plugins/easy-fancybox/easy-fancybox.php on line 40

Warning: array_key_exists() expects parameter 2 to be array, string given in /furanet/sites/microrevista.com/web/htdocs/wp-content/plugins/easy-fancybox/inc/class-easyfancybox.php on line 208

Warning: Illegal string offset 'classic' in /furanet/sites/microrevista.com/web/htdocs/wp-content/plugins/easy-fancybox/inc/fancybox-classic.php on line 303

Warning: Illegal string offset 'classic' in /furanet/sites/microrevista.com/web/htdocs/wp-content/plugins/easy-fancybox/inc/fancybox-classic.php on line 309
Entrevista a Jorge Eduardo Benavides

Entrevista a Jorge Eduardo Benavides

Por Lorenzo Rodríguez Garrido

Esta entrevista se complementa con una reseña de la última novela de Jorge Eduardo Benavides, escrita por Luis de la Peña. 

“Hay muchos escritores que no conocen el oficio”

 

Un asunto sentimental es la última novela de Jorge Eduardo Benavides (Arequipa, Perú, 1964). Afincado en España desde hace más de veinte años, Benavides nos embarca en un viaje por numerosas ciudades, todas ellas tocadas por la literatura y por la sombra de una mujer que obsesiona al protagonista y que, como pasa con algunos sueños, cuanto más persigue, más inalcanzable se le antoja.

Elegante baile de máscaras, juego de espejos, novela de corte pirandelliano inteligente y muy bien escrita, ha sido comparada por parte de algunos críticos con Travesuras de la niña mala. Para charlar sobre esto y otros asuntos quedo con el autor en el café acristalado de El Espejo, justo enfrente de la Biblioteca Nacional, lugar adonde Benavides acude a diario para escribir.

Parece que en principio lo que querías escribir era un libro de viajes.

Sí, ése fue el principio. Estaba escribiendo una novela histórica (que ya tengo terminada desde hace bastante tiempo) y venía a la biblioteca a investigar. Necesitaba escribir otra cosa, porque llevaba muchísimo tiempo con la investigación y estaba saturado, así que intenté un libro de viajes sobre ciudades que más o menos conozco. Pero luego vi que no soy escritor de viajes: me apeteció crear una trama y me impuse dividir la novela en capítulos que son ciudades. Era algo muy sencillo. Yo había hecho novelas técnicamente muy complejas, con saltos de tiempo, que requieren una atención muy grande del lector. Así que ésta fue un poco una novela relax.

No sólo en la estructura, también en la temática difiere de tus novelas anteriores.

Es una historia de amor. Evidentemente ahí hay unos fondos políticos, pero en esencia es una historia de amor o de las muchas posibilidades del amor.

Tampoco faltan numerosas referencias a la bebida.

Bueno, en mis novelas siempre. El otro día me dijo una amiga que en mis novelas se bebía muchísimo whisky.

El protagonista se llama Jorge Benavides, que no Jorge Eduardo Benavides…

Es un pequeño detalle, un guiño dentro del guiño como para decir que no soy yo. Nunca había pensado en la autoficción. De hecho, soy poco lector de autoficción y esto surgió un poco por casualidad. Yo no suelo escribir en primera persona (sólo tengo una pequeña novela escrita en primera persona que se llama La paz de los vencidos), normalmente escribo en tercera persona. Entonces, al escribir una historia de amor en primera persona, de pronto vi que tenía que estar en ella y, si aparecía yo y quería ser coherente, pues tenían que salir mis amigos. Una cosa fue llevando a la otra, de tal manera que prácticamente todos los personajes existen, son reales con sus nombres y apellidos, salvo los que me caen mal. Hay una parte de homenaje a mis amigos. Curiosamente, el único crítico que ha puesto reparos a este rasgo es Santos Sanz. Él cae un poco en una trampa, puesto que los conoce a todos y le parece inútil esa abundancia de nombres, pero mi planteamiento es que un lector de la calle, que no tiene ni idea de quién es Carlos Franz o Juan Carlos Chirinos, no debería sentirse abrumado por la presencia de escritores reales; es más, posiblemente ni se entere. Bueno, ese es el motivo de que aparezcan estos amigos, porque además son las personas con las que me relaciono y en la mayoría de los casos me sirven para la trama.

benavides2

El personaje de Dinorah Mansurr es contradictorio, está lleno de sombras y claroscuros. Toda la novela gira en torno a ella, aunque salga muy poco.

Sí, ella es la que lo vincula todo. El personaje de Dinorah me costaba mucho, porque la Dinorah que aparece en Damasco es muy grata, muy simpática, nada que ver con aquella en la que acaba convirtiéndose. Esta chica va cambiando de personalidad, y lo que me fascinaba es que los fanáticos no necesariamente tienen un aspecto que los identifica como tales. Es una mujer que va buscando dónde hacer explotar todo ese odio y resentimiento que tiene.

El tema principal de la novela es la identidad.

Completamente de acuerdo. Trata sobre la fugacidad de lo que somos, y por eso los epígrafes que la abren: el de Pessoa, el de Juan Gabriel Vásquez o ese proverbio arequipeño (“Con las mentiras se puede llegar muy lejos. Pero lo que no se puede es volver”), que en realidad está inventado por mí.

Ése es un juego más de los que hay.

Constantemente es un juego. De hecho, la faja publicitaria contiene otro juego [que no desvelaremos, pues confiamos en la sagacidad del lector]. Luego, cada capítulo es una ciudad y cada ciudad te va confundiendo las pistas; lo que eso persigue es la disolución de la identidad, que es algo muy de esta época.

Es un tema muy moderno, sí, y es lo único para mí en lo que realmente se asemeja a Travesuras de la niña mala.

Como mis primeras novelas son absolutamente tributarias de las técnicas de Vargas Llosa, cosa que nunca he escamoteado, hay cierta crítica un tanto ociosa que siempre recurre a él para hablar de ellas. Sucede además que en Perú, como en otros muchos sitios de Hispanoamérica, lectores muy avezados no conocen bien la literatura española. Acabo de ver en el Facebook de un amigo, que está haciendo un doctorado en Estados Unidos, que recién ha descubierto a Manuel Rivas. Hay un desconocimiento muy grande de lo que ocurre en España, y de aquí son muchas de mis influencias. Yo llevo veintitrés años afincado en este país.

Hay algo de la prosa que me ha gustado especialmente: la utilización del estilo indirecto libre.

Yo enseño eso. Me gusta mucho manejar tiempos. El estilo indirecto libre me parece la mejor forma de atacar distintos ángulos narrativos sin que parezca que estás contando. Me resulta muy enojosa la tercera persona distante, porque siempre pone una especie de parapeto entre el lector y lo que ocurre. El indirecto libre hay que saber usarlo. Lo utilizan muy bien Julio Cortázar, William Faulkner, Vargas Llosa, José Donoso, incluso Muñoz Molina. La considero una muy buena técnica para contar las cosas porque te permite engañar mejor al lector. Tampoco tiene mucha ciencia, pero si lo prácticas le sacas mucho partido. Incluso una primera persona puede utilizar el indirecto libre y convertirse en narrador. Cuando escribo una novela, siempre estoy explorando formas.

benavides3

Hay una escena que querría señalar: la de cuando el protagonista se entera de los atentados del 11-M. Hay muy poca literatura en España sobre ese tema, al contrario de lo que ha pasado en Estados Unidos a raíz del 11-S. A bote pronto, recuerdo una novela corta de Luis Mateo Díez, otra de Adolfo García Ortega, un cuento de Fernando Aramburu… No creo que haya mucho más.

Es curioso. Creo que eso tiene que ver con que aquí hay escasa novela de orden político. Aquí los escritores prefieren indagar en otras áreas, no en la novela que hable sobre el dolor colectivo, o quizá simplemente es que  queda muy cercano para novelarlo. Pero tengo la sensación de que el escritor es mucho más intimista; mira lo que le ocurre a un personaje concreto, pero no suele haber novelas sobre la sociedad, sobre su complejidad… La mirada sobre la sociedad es cada vez más individual. No hay novelas sobre la Transición, ni siquiera la de Cercas, que es más bien un reportaje. No hay novelas que se acerquen al poder. En Hispanoamérica —no sólo por el hecho de que tengamos más dictadores por minuto que en ningún otro sitio—, los escritores suelen venir de clases medias altas o directamente altas y están vinculados a los entresijos del poder; tienen relaciones con ministros, presidentes, embajadores, etc. Mientras que el escritor español actual es más bien de la línea de Juan Marsé: gente que viene de clase baja o clase media. Y luego está el fantasma de la dictadura, que ha impregnado mucho a la sociedad española, y la gente no quiere decir que se trataba de un político de tal o cual partido, no vaya a meterse en líos. Los norteamericanos tienen infinidad de novelas con demócratas y republicanos. Luego también sucede que algunos escritores españoles son tertulianos y columnistas políticos, pero yo digo: ¿para cuándo una novela sobre Mario Conde, sobre los GAL, sobre los entresijos del poder, sobre un concejal corrupto?

Lo más cercano a esto que comentas vendría a ser Crematorio de Chirbes.

Exactamente. No entiendo ese divorcio de los escritores españoles con una parte tangible de la realidad. Novelísticamente hay muy poco acerca de esto: La verdad sobre el caso Savolta, Lágrimas negras de J.J. Perlado, Lo real de Belén Gopegui, pero no mucho más.

¿Podrías contarnos algo más acerca de esa novela histórica que ya tienes terminada?

Supongo que si hay suerte saldrá el próximo año. Me fascinaba hacer una novela de ésas con enigmas, claves y trampas, porque a mí me divierten las novelas en las que ocurren muchas peripecias. Entiendo que hay otro tipo de literatura mucho más cerebral, por así decirlo, pero para mí fue un reto escribir El enigma del convento, que es un título provisional. Hay masones, monjas, conspiraciones… Transcurre en la España invadida por los franceses. Aparece un personaje que tiene que viajar rumbo a América antes de que lleguen los franceses y ésta caiga en sus manos.

Diriges el Centro de Formación de Novelistas.

Es una empresa que da servicios a novelistas, es decir, desde cursos, asesorías… Hacemos cribas para editoriales, corregimos manuscritos…, no sólo corrección de limpieza, sino ver por qué no funciona una novela. A veces yo soy como ese de Pulp Fiction que llega a limpiar todos los estropicios que han hecho. Una novela es un diseño, una estructura. Hay muchos escritores que escriben muy bien, pero no conocen el oficio. Yo soy un fontanero de la literatura.

Lorenzo Rodríguez es un joven periodista y divulgador cultural. Fue uno de los fundadores de la revista Culturamas y es director editorial de la revista Otro Lunes. Ha colaborado con varias editoriales en labores técnicas y creativas. 

Escritor peruano nacido en Lima en 1964. Asume la influencia de Vargas Llosa en su obra. Desde 1994 vive en España. Es profesor de escritura literaria y ha colaborado con diversas publicaciones. Su última novela es “Un asunto sentimental”. También ha escrito, entre otras, las novelas “Los años inútiles”, “El año que rompí contigo” o “Un millón de soles” y varias recopilaciones de relatos. 

Share Button

Sobre Lorenzo Rodríguez Garrido:

Lorenzo Rodríguez es un joven periodista y divulgador cultural. Fue uno de los fundadores de la revista Culturamas y es director editorial de la revista Otro Lunes. Ha colaborado con varias editoriales en labores técnicas y creativas.

.

Comentario

  1. Martha Benavides
    31/10/2013 at 17:24 · Reply

    Me siento muy orgullosa de mi hermano Jorge Eduardo.

    Martha

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Realice la operación de verificación * Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para el uso de este recurso.

ACEPTAR
Aviso de cookies